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02 febrero 2008

La magia del amor

Era una noche como todas las demas, la luna no esperaba mas estrellas y los arboles crecian en silencio esperando el siguiente dia. Había un corazón suelto y roto buscando sanar sus heridas, vagabundo en el mundo lloraba silente... era un corazon particular, habia sido destrozado y construido una y otra vez, hasta quedar magullado y debido a su apariencia... abandonado.

Esa misma noche,sentado en el borde de un anden, esperaba silente la muerte, transportarse al vacio donde nadie vivía y su sufrimiento porfin iba a terminar. Pero depronto se acerco una hermosa flor y se sentó a su lado, le conto de sus primaveras, sus veranos, sus otoños y sus inviernos, hablaron por unos segundos, se entendieron por unos minutos, se quisieron por unas horas y tras un largo sentimiento de amor fueron uno por el resto de la noche, la pasión fue tan fuerte que la muerte olvido recoger al corazón y a su vez, este olvido el deseo de morir.

Todo era como una perfecta historia de amor, con jardines coloridos y atardeceres anaranjados. La flor y el corazón vivían en el patio de una casa abandonada, junto a gigantes helechos, el tiempo transcurría lentamente y decidieron formar una familia, pequeñas flores nacieron, con la belleza de su madre y la nobleza de su padre, tambien viajaron por diferentes paisajes y sensaciones, la vida no podia ser mejor.

Hubo discusiones pero tambien perdón, tristezas pero tambien sonrisas, noches de pasión y días de soledad.

Era un dia como todos los demás, el sol iluminaba el mundo desde lo alto y el mar silbaba melodías, un día en que la muerte porfin halló al corazón que una vez olvido llevar, el último dia de ese amor. La flor lo besó por última vez en medio de sollozos y llanto, los pétalos caían uno a uno... transformando el ambiente, en un rojo de dolor, amor y muerte. Esperaron a que cayerá la noche y cogidos de la mano volvieron a aquel anden, su lecho de vida, su lecho de muerte... y así, se abrazaron muy fuerte hasta la mañana siguiente.

Era un amanecer como todos los demás ... donde en el borde de un anden se hallaba una hermosa rosa roja, fruto de un gran amor.