El viento se ha adormecido, salgo silente de mi guarida para recordar la luz del sol, el calor que hierve mis venas en lo más profundo de mi respiración. El pasado me remota a mi mas colosal felicidad, me seco las lagrimas, el miedo es mi dueño no me puedo liberar. Quiero cerrar los ojos, y olvidar lo que paso, gritar que me arrepiento que todo término!
Vuelve la brisa al igual que yo a mi morada, he despertado de nuevo, tan oscuro...tan solo, creo que aún no me acostumbro. Mis ojos…mis ojos están tan ardientes, tan adoloridos, logro ver el mundo desde una pequeña y corta abertura. Mi dura visión me obliga a recordar, yo jamás le quise hacer daño, si me hubiera dejado explicarle, todo seria diferente.
-No alcance a ver la hora, pero la oscuridad y el sueño que tenía me hace pensar que era bastante temprano, el sol aún dormía, no fue testigo de lo sucedido. Alguien fornido me cogío por detrás opacando mi vista, y antes de suplicar socorro, una voz familiar me susurro al oído, “-Mi amor por ti es tan grande que no podría dejarte aquí conmigo”, y besando mi frente preferí callar.
Un nuevo día de sufrimiento. Ya no quiero sentirme culpable, imágenes me invaden una y otra vez, estoy sonriendo nose porque, talvez me acorde de esa dulce melodía que me acompañaba cada mañana antes de despertar, era el sonido de las olas tocando con el mar… el canto de la brisa rozando mi paladar.
Queda mi mente en blanco, y desvanezco por un momento… creo que en esta historia no hay héroes, ni narrador, únicamente un cuarto de cuatro paredes circundándome diariamente, un traje blanco suspendiendo mi circulación y una mente loca y excitadamente lunática queriendo saber lo que paso, porque me encuentro aquí. Shhhhh, el viento se ha adormecido…
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